El horario de verano consiste en adelantar los relojes para usar más la luz diurna. Los relojes se adelantan una hora a principios de la primavera y se regresan de nuevo en otoño a la normalidad.
De acuerdo con especialistas de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), con este cambio se pueden presentar diversos síntomas como cansancio, dolor de cabeza, somnolencia y sensación de sueño no reparador.
Por otro lado, la psicológica Guadalupe Terán Pérez, de la Clínica de Trastornos de Sueño de la UAM Iztapalapa, indicó que además de modificar la hora una noche antes del cambio de horario, es recomendable preparar al organismo a las nuevas condiciones para no afectar al reloj biológico que marca los tiempos de descanso, alimentación y otras necesidades fisiológicas.
Cuando se realiza el cambio de horario, el organismo tarda alrededor de 12 horas en asimilar el cambio, aunque puede llegar a requerir 48 horas. Si transcurrido este tiempo persisten los malestares, puede haber algún trastorno de sueño, afirmó la especialista.
Diversos hábitos como dormir tarde, retrasar los alimentos, ingerir bebidas con cafeína, o cenar de forma abundante impiden lograr un descanso adecuado.
Para evitarlo, los académicos recomiendan de seis a ocho horas de sueño y al levantarse abrir la ventana para que la luz natural active al organismo.
La psicóloga Terán explicó que nuestro reloj biológico determina que el reposo, es decir, el sueño, se desarrolle en la oscuridad y la vigilia cuando hay luz, esto sucede porque la luminosidad entra a través de la retina y viaja hasta el cerebro a un al núcleo llamado supraquiasmático el cual mantiene despierto al reloj del organismo.
Por su parte, la psicóloga Yoaly Arana Lechuga, también de la Clínica de Trastorno de Sueño de la UAM Iztapalapa, mencionó que en el caso de los niños los cambios en la duración del sueño puede afectar la liberación de varias sustancias importantes para su organismo; una de ellas es la hormona del crecimiento, fundamental para su desarrollo físico y de aprendizaje.
Las académicas destacaron la importancia de mejorar la calidad del sueño ante los cambios de horario de verano e invierno, evitar automedicarse y acudir con un especialista de trastornos de sueño.
Fuente: Salud180