¿Alguna vez has sido víctima de estas “dietas de moda”, en las que te matas de hambre por dos semanas solo para entrar en “EL vestido”? Seguro que después te preguntaste ¿por qué al momento de dejar la dieta subes hasta más del peso perdido y cada vez te cuesta mucho más trabajo bajar esos kilos de más?
El caso típico que vemos en el consultorio son los que de plano nada más NO pueden bajar de peso; algunos culpan a los carbohidratos, otros al gluten, y unos hasta a los lácteos. Pero ¿Cuál es la verdadera razón?; la respuesta es simple: el temidísmo efecto “YOYO o rebote”.
Recordemos que en la época de las cavernas el ser humano era sometido a largos periodos de ayuno, pues podían pasar días caminando en busca de presas para cazar y sus cuerpos claramente estaban adaptados a esto; solo sobrevivían aquellos humanos que genéticamente almacenaban más grasa y necesitaban menos calorías para vivir, tristemente, así estamos diseñados.
Pero qué tiene que ver eso con que no bajes de peso en este tipo de dietas restrictivas? Veras, cada vez que decidimos privar al cuerpo de alimentos suficientes, éste empieza a adaptarse con la finalidad de administrar su reserva de energía (la grasa) en caso de que exista otro ayuno (como lo hacíamos en las cavernas), por lo que al momento en que rompemos la dieta y regresamos a nuestra rutina normal de malos hábitos alimenticios, el cuerpo guarda todo ese alimento en forma de grasa, “por si lo dejamos nuevamente en ayuno” y viene “el rebote”. Así, dieta a dieta, nuestro metabolismo se vuelve más lento a medida en que aumenta la grasa almacenada, por lo que entre más dietas restrictivas hagas, más grasa guardara tu cuerpo y cada vez será más difícil bajar de peso.
Fuente: thebeautyeffect.com